sábado, 6 de noviembre de 2010

Un loco enamorado.

Una carta dentro de un sobre, una flor y un chocolate.

Esa era su fórmula para poder conquistarla, pero su suerte no cambiaba, al igual que los dos anteriores días, su plan fracaso. Ella nunca se presento al lugar donde él podía verla.

El replicaba, y golpeaba las paredes, exclamando: “Mi suerte no cambia”.

Nunca fue una persona supersticiosa, pero? Acaso esta situación hizo que cambie de parecer? El dice que no, pero la verdad es que si. El amor en su vida cambio su forma de ver el mundo.

Lo malo de esto es que se volvía poco a poco, fracaso tras fracaso, una persona negativa, sin esperanza, esto debilitaba su alma, y destruía sus ganas de vivir.

Siempre se preguntaba: porque a mí? Que hice para merecer esto? Tan mal me he portado?
Pero nunca encontraba la respuesta que pudiera darle la fuerza para cambiar las cosas.

Los días transcurren, y el empeora, siempre que logra acercarse a hablar con la chica, mete la pata, lo arruina, pero no lo hace apropósito, y lo peor es que, al lastimar sentimentalmente a la chica que vuela su cabeza de una forma preciosa y extraordinaria, se siente vacío, se culpa, las defensas de su cuerpo bajan como un chico tirándose de un tobogán, y las enfermedades oportunistas se aprovechan de su cuerpo, dejándolo débil y susceptible a los golpes de la vida.

El era un hombre que no lloraba por casi nada, solo la muerte hacia que sus ojos emanen esa sustancia incolora de sus ojos color marrón. Pero, esta chica, estas situaciones, lo tuvo todo un fin de semana llorando como un niño lastimado. Era algo nuevo para él, no entendía el por qué estas situaciones lo afectan tanto. Antes había pasado cosas así y nunca llegaron a afectarle de tal manera.

Sera amor? Será obsesión?

Se pregunta todos los días, ya no sabe que pensar, está confundido, y dolido.

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