Queriendo subir a la colina de la vida
por un camino intrincado lleno
de obstáculos, piedras, rocas
y rosas llenas de espinas.
En cada una de ellos se escondía
un conocimiento, un pedasito
de sabiduría, un paso mas
hacia la cima, un paso a la madurez.
En cada piedra encontré la fortaleza
para soportar las que vendrían,
en cada espina el dolor que
prontamente traería la felicidad.
Por que si bien la risa es necesaria
el llanto lo es aun mas, por que el
camino enseña a llorar hasta reír y
reír hasta el punto de sollozar.
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