jueves, 6 de octubre de 2011

Amores que matan, nunca mueren...


Era un guacho, un turro de la mala espina, un incomprendido...

La calle lo apaño en la plenitud de su seno, quisas esa fue la cruz en su vida. Ese dolor de no haber conseguido nunca una familia, de no haber conocido de cerca lo que es el amor.

Los callejones oscuros golpearon su niñez, nunca aprendió lo que es ser un niño.

Después de todo el dolor, de sobrellevar su crecimiento sin contención, de aprender lo que esta bien y mal, de auto castigarse cuando algo salia mal, de ser su propio padre y su propia madre, encontró una salida de la oscuridad.

Junto a ese puñado de luz, encontró nuevos sentimientos, una persona a la cual querer entregarle la vida, sin necesidad de querer nada a cambio.

Se sentaba a apreciar, lo que para el era belleza, lo que para el era perfecto.
Su sueño era hablarle, aunque sus inhibiciones no se lo permitieran...

Los días escapaban del almanaque, soportando la necesidad de cruzar palabras, cuando casi sin que se de cuenta, las miradas empezaron a hablar, sus miradas conversaban lo que un semáforo ponía su luz en verde. Esos instantes fueron su felicidad, así conoció el amor, a través de los ojos! Lo que para algunos era una sensación, para el era mucho mas que mariposas en el estomago, era poder ver el amor reflejado en otros ojos.

Hola, mi nombre es Javier, dijo con voz firme, rompiendo con sus inhibiciones, rompiendo el hielo. Las miradas se redireccionaron al piso. Ambos miraban el suelo, y una voz titubeante contesto, Que lindo nombre, tan bello como tus ojos, como tu rostro...
Sus ojos se cruzaron, y la misma voz titubeante contesto, mi nombre es Leonel.

La relatividad del tiempo, rompió su encuentro, pero Javier no pudo olvidar su voz, aun sabiendo que al otro día lo volvería a ver, sus ansias aumentaron y sus nervios con ella. Había dado el paso mas importante, y aun así, sentía que no había hecho nada.

Los días pasaron, volvió el silencio, y la conversación de miradas. Hasta que, después de dos días! fue Leonel quien rompió el hielo esta vez, y se escucho un: Me gustas, la mirada pegada al piso, la de Javier también, sus mejillas sonrojadas expresaban la reciprocidad de la declaración, aunque sus labios no pudieron emitir palabra alguna, se posaron junto a los labios de Leonel, emitiendo así, de esa manera su primer beso, sellando su enamoramiento!

Javier salio de calle, su vida había cambiado completamente, de la noche a la mañana. Leonel se encargo de hacerlo revivir, de darle un sentido a su vida. Las tardes empezaron a ser felices, los momentos en donde quedaban en silencio y sus miradas se conectaban, aun existían, se amaron, como si cada día fuese el ultimo.

Pero, la gente no veía natural, un amor entre dos hombres. Aunque su amor, era mas fuerte que las palabras de los vecinos indignados al ver que dos hombres se amaban, por que eso era lo que sucedía, dos hombres que se amaban.

Trataron de convertir sus vidas en una pesadilla, pero su amor fue mas fuerte. La indignación del barrio, su odio, su homofobia, llego a limites insospechados.
Comenzaron a acosar a la pareja, Javier explotaba de la rabia, pero Leonel le pedía que se tranquilice, que no lleve el apunte de lo que los demás dicen, y se dedique a disfrutar su vida, a vivir plenamente su amor.

Los meses pasaban, y el acoso del barrio se hizo cada ves mas insoportable, las amenazas mas frecuentes, y todo estallo cuando Javier no pudo controlar su rabia. Un insulto hacia su pareja, fue lo que desato su ira, una pelea que gano, fue lo que sello su suerte, el ignorante cobarde, que fue abatido por Javier durante el enfrentamiento a puño cerrado en la esquina donde, su vida había cambiado, donde conoció el amor, saco un revolver, y cumpliendo con una de las amenazas, dio por terminada la respiración de Javier. Quien callo al suelo y tiño con su sangre, la esquina donde un amor se transformo en muerte, donde el había renacido...

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