domingo, 7 de agosto de 2011

Y si fuera ese instante eterno, que seria de nuestras almas?

Nuestros cuerpos envejecidos recordando esos momentos de pura vitalidad, sonriendo juntos en un sillón, sabiendo que la llama de la vida, la de ambos, se apaga constantemente a paso tortuguesco! y sin que nos importe, ni que el miedo domine esa incertidumbre de lo desconocido, ese paso de transición en donde el cuerpo expira pero el alma vive, sobrevive a todo tiempo y espacio, a toda relatividad absoluta.


Las sonrisas desprendidas a raíz de los recuerdos, se hacen imborrables de nuestros rostros, en donde predominan las experiencias de una vida plena, en donde los años dejaron su marca, aunque no la hayan podido atravesar, su marca quedo grabada en nosotros, en nuestra piel! 


Los niños ya son grandes, y la vida de nuestra casa se ha ido apagando poco a poco, junto con la nuestra, aunque las risas, los llantos, los juegos y las peleas han sido eternalizadas en los muros, que nunca hasta su caída, dejaran de esbozar toda esa vitalidad! 


Y hoy, aquí, antes el ultimo suspiro de nuestras vidas, frente a la tierna dama de negro, a un paso del final, puedo decir que fui feliz, que a tu lado descubrí la eternidad!



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